Definición de Inteligencia Artificial por Albert Cortina, miembro del Consejo Consultivo Internacional del Politécnico Cetasdi

Cortina empieza rechazando el término «inteligencia artificial», prefiriendo «sistema de inteligencia aumentada» o «sistemas de control delegado», destacando que, por ahora, siempre hay un humano detrás de la inteligencia artificial. Las máquinas actuales no comprenden ni entienden como los humanos; son sistemas algorítmicos que ayudan en la toma de decisiones y en la cuantificación de datos. La verdadera inteligencia reside aún en los humanos.

Ventajas de la Inteligencia Artificial: Transformando Nuestro Mundo

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando diversos aspectos de nuestra vida, desde la forma en que trabajamos hasta la forma en que interactuamos con el mundo que nos rodea. Si bien existen algunas preocupaciones sobre sus potenciales riesgos, las ventajas de la IA son amplias y significativas. A continuación, se destacan algunas de las principales ventajas de la IA:

1. Automatización de tareas: La IA puede automatizar tareas repetitivas y tediosas, liberando tiempo para que los humanos se concentren en actividades más creativas y estratégicas. Esto puede aumentar la productividad, mejorar la eficiencia y reducir costos.

2. Mayor precisión y eficiencia: La IA puede analizar grandes conjuntos de datos con mayor precisión y rapidez que los humanos, lo que permite tomar decisiones más informadas y optimizar procesos. Esto puede tener un impacto positivo en diversas áreas, como la atención médica, las finanzas y la manufactura.

3. Personalización y mejora de la experiencia del usuario: La IA puede usarse para personalizar productos, servicios y experiencias para cada usuario. Esto puede aumentar la satisfacción del cliente, mejorar la lealtad y fomentar el compromiso.

4. Nuevos descubrimientos e innovación: La IA puede usarse para analizar grandes cantidades de datos y patrones que los humanos podrían pasar por alto, lo que puede conducir a nuevos descubrimientos e innovaciones en diversos campos.

5. Mejora en la atención médica: La IA puede usarse para diagnosticar enfermedades con mayor precisión, desarrollar nuevos medicamentos y tratamientos, y brindar atención médica personalizada a los pacientes.

6. Mayor seguridad y protección: La IA puede usarse para detectar fraudes, prevenir delitos y mejorar la seguridad pública.

7. Avance en la educación: La IA puede usarse para personalizar el aprendizaje, proporcionar tutoría individualizada y evaluar el progreso de los estudiantes de manera más efectiva.

8. Protección del medio ambiente: La IA puede usarse para desarrollar soluciones sostenibles para combatir el cambio climático, proteger los recursos naturales y preservar la biodiversidad.

9. Exploración espacial: La IA puede usarse para controlar robots y naves espaciales, analizar datos científicos y realizar descubrimientos en el espacio.

10. Mejorar la calidad de vida: La IA tiene el potencial de mejorar la calidad de vida en todo el mundo al abordar desafíos como la pobreza, el hambre y las enfermedades.

En resumen, la inteligencia artificial ofrece una amplia gama de ventajas que pueden transformar positivamente nuestro mundo. A medida que la tecnología continúa desarrollándose, podemos esperar ver aún más aplicaciones innovadoras de la IA que beneficien a la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la IA también presenta algunos desafíos potenciales que deben abordarse, como el sesgo algorítmico, la pérdida de empleos y las preocupaciones éticas. Es crucial desarrollar y utilizar la IA de manera responsable y ética para garantizar que beneficie a toda la humanidad.

¿Es inteligente la inteligencia artificial?

En muchos ámbitos de la vida, entre ellos la tecnología, nos llenamos de conceptos que se convierten en lugares comunes y por tanto no se cuestionan ni se refutan, aunque algunos sean, evidentemente, oxímoros (palabras contradictorias en un mismo término). Quizá el más usado en la actualidad sea el de Inteligencia Artificial (IA), que ha ganado más relevancia con el ChatGPT (Generative Pre-trained Transformer).

Mientras algunos andan fascinados con esta nueva versión de “inteligencia” y la promueven por doquier, otros, ingenuos, andan alarmando al mundo por el peligro que representa para la existencia humana y para la conservación del planeta, promoviendo acuerdos éticos, que, como sabemos, los terminan haciendo trizas las dinámicas del “mercado”, y lo seductora y eficiente que termina siendo la tecnología para los seres humanos.

Yo, que no soy tecnofóbico ni tecnolífico a priori, esto es, no tomo partido a favor o en contra de (casi todas) las tecnologías por sí mismas, sino según las circunstancias y los contextos en que los seres humanos las creamos, utilizamos y el momento en que las aplicamos, me tomo el tema con prudencia. Ni apocalíptico ni integrado, como diría el chileno Martín Hopenhayn.

Planteado el contexto de la pregunta-discusión, retomemos la pregunta del título. Quizá la forma más básica de contestarla sea leer la respuesta de un ChatGPT, Nova, que es similar a la de otros generadores, y que copio a continuación (tomada de novaapp.ai):

La inteligencia artificial en sí misma no es «inteligente» en el sentido humano de la palabra, ya que carece de conciencia, emociones y experiencia. Sin embargo, la inteligencia artificial puede realizar tareas y procesos complejos de forma rápida y eficiente, superando a los humanos en algunos casos específicos. Su «inteligencia» se basa en su capacidad para analizar grandes cantidades de datos, aprender patrones y realizar cálculos complejos. En resumen, podría decirse que la inteligencia artificial es muy hábil en su área de especialización, pero no se puede equiparar a la inteligencia humana en su totalidad.

En Una inteligencia no tan artificial, Alfredo Marcos es claro y contundente en su respuesta: “Los sistemas de IA están compuestos por máquinas… y por personas. Su parte inteligente, la persona, no es artificial y su parte artificial, la tecnología, no es inteligente. (Porque) La cuestión no es tecnológica, sino ontológica. Pensar, lo que se dice pensar, es algo que hacemos solo las personas” (En alfayomega.es).

Para los que quieran hilar más menudo y encontrar una postura intermedia les recomiendo el artículo El futuro de la IA: hacia inteligencias artificiales realmente inteligentes de Ramón López de Mántaras del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial (IIIA), de Bellaterra, España. Allí aborda conceptos clave para el tema como IA débil, IA fuerte, inteligencia específica, inteligencia general y singularidad tecnológica (En www.bbvaopenmind.com). O, si quieren una perspectiva más amplia y con más matices todavía, les recomiendo los libros y artículos del español Antonio Diéguez, tal vez el autor más solvente y prudente en la materia.

Precisamente en la posibilidad de que se dé la tan reputada como cuestionada singularidad tecnológica, que hizo famosa el tecnofílico y tecnooptimista Raymond (Ray) Kurzweil, promotor y en su momento director de Singularity University, en su especulativo libro La Singularidad está cerca. Cuando los humanos transcendamos la biología. En este hecho, previsto por el autor para 2045, está la clave del asunto: crear, verdaderamente, una inteligencia artificial u otra forma de inteligencia.

Para ello serán necesarios significativos avances, no solo en informática, sino también en física y en química, para crear otra forma de existencia basada en el silicio y elementos afines, y no en el carbono, que es el elemento más importante para cualquier forma de vida, empezando por la humana. De ser así, ya no estaríamos hablando siquiera de inteligencia artificial, que procura imitar el funcionamiento del cerebro, sino de otra inteligencia, supuestamente con consciencia y autonomía total frente al ser humano: en esto consiste también la singularidad.

Creo que seguiremos por muchos años disfrutando (o padeciendo) el desarrollo tecnológico y los avances de la IA específica y, en cierto modo, “débil”, limitada a la emulación de funciones parciales del cerebro, dejando a un lado el resto del cuerpo, que también aporta lo propio a la inteligencia. Lo que sí es claro es que casi todos los humanos estamos abocados a interactuar con lo que hoy se conoce como IA, por lo cual es necesario comprenderla, así sea para no ser personas amargadas por su invasiva presencia. Ni excesos de entusiasmo ni de temor de la tecnología: me preocupa es lo que hagamos los humanos con ella.

Mientras se resuelven las cuestiones de la mente y la consciencia, soy escéptico y me ubico más cerca de la posición de Marcos, pero sin caer en su negacionismo. No olvidemos que la ciencia ficción de ayer es la ciencia real de hoy, y la de ahora será la de mañana. No siempre, por fortuna.

P.D. Lo que sí atenta contra el planeta es la energía que consumen aplicaciones como ChatGPT y otros motores de búsqueda. Si el lector indaga sobre el tema, lo pensaría dos veces antes de abrir cada página.

Iniciamos nuestro diplomado “Retos del periodismo en la era digital”

El pasado 27 de abril, dimos inicio al diplomado “Retos del periodismo en la era digital” este es un espacio de encuentro y reflexión en torno a la comunicación y particularmente, al periodismo en general en la era digital. Espacio que se hizo posible gracias a la Alcaldía del municipio de Rionegro, a la Corporación Empresarial del Oriente y a nuestro Politécnico Cetasdi.

En este diplomado los periodistas y comunicadores de la región tienen la oportunidad de reconocer los nuevos retos de la profesión de cara a las nuevas tecnologías y a la revolución industrial.

Entre los facilitadores de este diplomado se encuentran:

Jhon Jaime Osorio Osorio: Periodista. Lleva 36 años trabajando en medios de comunicación. Ha sido comentarista en las transmisiones para Colombia de los últimos seis ciclos olímpicos.

Juan Guillermo Montoya Marulanda: Periodista. Comunicador Social de la UPB con especializaciones en Alta gerencia del CEIPA y la Escuela de Administración de Empresas de España; con amplia experiencia de los diversos medios de comunicación.

Andrés Esteban Marín Marín: Es periodista graduado de la Universidad de Antioquia, con especialización en Gerencia de la Comunicación con Sistemas de Información, magíster en Comunicación de la Universidad de Medellín.

Pablo Antonio Múnera Uribe: Actualmente es Rector del POLITÉCNICO CETASDI. Candidato a doctor en Filosofía, Universidad Pontificia Bolivariana, estudios de Doctorado en Administración y Magíster en Ciencias de la Administración, EAFIT.

Este diplomado dictado por profesionales en el área, está lleno de conocimientos que permitirán darle un nuevo enfoque a las comunicaciones y al periodismo a partir de la revolución industrial que vivimos actualmente.

Este diplomado dictado por profesionales en el área, está lleno de conocimientos que permitirán darle un nuevo enfoque a las comunicaciones y al periodismo a partir de la revolución industrial que vivimos actualmente.

La educación como agente trasformador

En el Politécnico Cetasdi promovemos una iniciativa para ofrecer clases gratuitas en una variedad de áreas, con el objetivo de fomentar la educación continua y fortalecer la conexión con la comunidad.

La última semana del mes de abril, el Politécnico abrió sus puertas a estudiantes y adultos interesados en aprender habilidades nuevas o ahondar en conocimientos sin costo alguno.

Tuvimos clases gratuitas de Repostería y Excel, que fueron recibidas con entusiasmo por la comunidad, quienes expresaron su satisfacción frente a estos espacios.

Estas actividades reafirman nuestro compromiso con la educación como agente transformador y el trabajo realizado de mano de las comunidades para construir el camino a la excelencia.

El Politécnico Cetasdi da inicio a una nueva temporada de cursos de extensión

 

En el Politécnico Cetasdi hemos iniciado nuestros cursos de extensión destinados a enriquecer el conocimiento y las habilidades de nuestros estudiantes. Con una amplia variedad de temas, los cursos están diseñados para satisfacer las necesidades e intereses de personas de todas las edades y niveles de experiencia.

Los cursos cubren una gama diversa de áreas, incluyendo Repostería, Excel básico, Excel avanzado y Seguridad y salud en el trabajo. Además, se ofrecen opciones tanto en formato presencial como en línea para adaptarse a las preferencias y circunstancias individuales de los estudiantes.

En el mes de mayo tendremos nueva lista de cursos de extensión, los interesados pueden inscribirse en los cursos a través del sitio web del Politécnico Cetasdi o escribiendo al whatsapp 3002994131.

Inscríbete y aprovecha esta oportunidad para expandir tus conocimientos y alcanzar tus metas de aprendizaje.

Para obtener más información sobre los cursos de extensión y cómo inscribirse, visite https://cetasdi.edu.co/cursos/

 

Aprovechando el Poder de las Redes Sociales: Claves para un Uso Inteligente

Fecha: 14 de marzo de 2024

 

En la era digital, las redes sociales se han convertido en una parte importante de nuestras vidas, transformando la forma en la que nos comunicamos, compartimos información y nos relacionamos con el mundo que nos rodea. Sin embargo, su uso puede tener tanto beneficios como desventajas. Entender cómo aprovechar el poder de las redes sociales de manera inteligente se vuelve crucial para una experiencia en línea productiva.

 

Las redes sociales ofrecen una plataforma única para conectar con amigos, familiares y comunidades de intereses compartido. Desde compartir momentos importantes hasta mantenerse al tanto de noticias y tendencias, estas plataformas nos brindan una ventana al mundo y la oportunidad de expresarnos de manera creativa y auténtica.

 

Sin embargo, el uso excesivo de las redes sociales puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y bienestar. La comparación constante con los demás, la exposición a contenido negativo o tóxico son solo algunos de los riesgos asociados con un uso descontrolado de estas plataformas.

 

Por ello, es fundamental adoptar una actitud consciente y equilibrada hacia las redes sociales. Esto implica establecer límites claros en cuanto al tiempo dedicado a estas plataformas, así como cultivar una mentalidad crítica y selectiva respecto al contenido que consumimos y compartimos.

 

Además, es importante recordar que las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para construir una marca personal o profesional, expandir redes de contactos y acceder a oportunidades de trabajo y colaboración. Al aprovechar las funciones y herramientas disponibles en estas plataformas, como la creación de perfiles profesionales, la participación en grupos de interés y la publicación de contenido relevante y de calidad, podemos potenciar nuestro impacto y presencia en línea de manera significativa.

 

En conclusión, las redes sociales son una herramienta poderosa que puede enriquecer nuestras vidas de múltiples maneras. Sin embargo, su uso inteligente requiere de una combinación de conciencia, responsabilidad y creatividad. Al establecer límites saludables, cultivar una actitud crítica y aprovechar las oportunidades que ofrecen, podemos disfrutar de los beneficios de las redes sociales mientras minimizamos sus riesgos potenciales.

Principales retos de las próximas décadas

El principal reto de gestión de las próximas décadas es equilibrar las dos principales agendas que están determinando la toma de decisiones en gran parte del planeta: la de la Cuarta Revolución Industrial (4RI) y la de la sostenibilidad, en sus diferentes versiones, porque no son agendas monolíticas: cada una tiene sus propias vertientes, así en cada ámbito haya una dominante o más popular.

Tal es este el reto, que una de las maneras de dimensionar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), cuyos 17 objetivos y 169 metas se proponen para 2030, es asumirlos como la agenda que sirve para prevenir, contrarrestar y subsanar los efectos indeseados que podría generar la 4RI, que, por supuesto, también trae grandes y significativos beneficios, si se utilizan sus tecnologías en pro del bienestar de la humanidad, los demás seres vivos y el planeta en general. La versión más conocida de la primera de ellas (la 4RI) es la del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que tuvo su auge a partir del libro de su fundador, Klaus Schwab, en 2016, año en el que también fue el tema central del Foro. Esta tiene sus antecedentes en el proyecto alemán de Industrias 4.0, cuyo origen se remonta a 2011 y está basado en el desarrollo de nueve infotecnologías.

Pero la 4RI no se agota ahí. Hay otros proyectos tanto o más representativos. Quizá el más ambicioso sea el proyecto NBIC de los estadounidenses, con Silicon Valley como epicentro, en el que convergen las grandes corrientes de las biotecnologías (el hardware de la vida) con las de las infotecnologías (el software de la vida): nanotecnología, biotecnología, tecnologías de la información y de la comunicación, e inteligencia artificial, que es a lo que refiere la siga NBIC. Dado que sus orígenes se remontan a 2002, éste proyecto puede ser considerado el inicio de la Cuarta Revolución Industrial.

En su disputa geopolítica y geoeconómica con EE.UU. por el control de buena parte del planeta, China no se ha quedado atrás y ejecuta con disciplina su ambicioso plan (Made in) China 2025, por el cual el gigante asiático quiere dejar de ser solamente la “fábrica del mundo”, desarrollando tecnología de avanzada en sectores estratégicos para ellos y para la economía mundial. Japón, siempre avezado en estos temas, también le ha recordado al mundo que, en asuntos tecnológicos, mientras unos iban ellos ya venían, y ha puesto sobre la mesa el proyecto de Sociedad 5.0, que pretende, entre otras cosas, equilibrar el desarrollo tecnológico con el humano y el ambiental. Los japoneses tienen bien claro que así como se genera bienestar con la tecnología, también es fuente de malestar y efectos no deseados, de ahí que plantean primero pensar qué sociedad queremos, antes de definir las tecnologías a desarrollar. La creación, como en Gran Bretaña, de un Ministerio de la Soledad, ponen de manifiesto la importancia de privilegiar el bienestar humano y social sobre el desarrollo tecnológico.

La mayoría de los países desarrollados o en desarrollo tienen también sus programas relacionados con la 4RI. El Foro Económico Mundial se ha propuesto integrar las principales iniciativas: tiene a San Francisco como centro principal; a China, Japón y la India como centros de su propiedad; y a Israel, Arabia Saudita, Noruega y Colombia, sí, Colombia, con Medellín como abanderado, como centros afiliados. En general, asistimos a una suerte de Silicolonización del mundo, como bien lo refiere Eric Sadin en una aguda crítica a la irresistible expansión del liberalismo digital, como reza el subtítulo del libro. El proyecto “Valle del Software” de Medellín responde tanto a los lineamientos del WEF como a las tendencias mundiales sobre la 4RI.

En el otro lado de la balanza está la agenda de la sostenibilidad, en donde los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) eclipsan otras iniciativas afines, que no son pocas. Buena parte del mundo ya tiene claro que el modelo desarrollista que tenemos, basado en la acumulación de bienes y servicios, y centrado en lo económico, está agotado y es la causa de muchos malestares sociales y crecientes desastres naturales. La escasez de agua potable (sin agua no hay vida orgánica, así de claro) y el (negativo) cambio climático, por ejemplo, son hechos irrefutables, que trascienden cualquier ideología o color político. La oleada de protestas en el mundo tiene que ver mucho con la crisis existencial, espiritual o trascendental que genera un modelo de sociedad economicista. La sostenibilidad, además de económica, debe ser también social y ambiental. En efecto, en muchas latitudes se promueven cada vez más otras formas de economía, de capitalismo y de empresa. Economía circular, del bien común, del compartir, azul, plateada, naranja; capitalismo consciente, natural, de triple resultado, de valores compartidos, creativo; corporaciones B, sociedades BIC (de beneficio e interés colectivo); redes de comercio justo, de trueque, entre otros movimientos, se presentan como alternativas a los modelos de desarrollo hegemónicos.

Casi todos estos movimientos tienen como telón de fondo la apuesta por un desarrollo sostenible. No se trata de parar el desarrollo tecnológico e industrial, sino de balancearlo con otras necesidades humanas, con los derechos de otras especies y seres sintientes, y con las capacidades del planeta y del cosmos en general.

Más allá de la noción de inteligencia, que es tema de otro debate, la 4RI es la revolución de las inteligencias (la artificial, la biológica y las híbridas), pero también la competencia entre ellas, y, por qué no, la cooperación, porque es inevitable la creciente coexistencia entre las mismas. El ChatGPT ha hecho más visible esta tensión entre inteligencias, así como las bondades y amenazas del desarrollo tecnológico.

Con la automatización y la inteligencia artificial (IA) se perderán decenas de millones de empleos, como pasó, en su momento y a su escala, con otras revoluciones industriales. La manera de compensarlos es desarrollar nuevas economías, nuevas industrias, nuevos negocios, como las del entretenimiento, por ejemplo, para aprovechar todo el tiempo de ocio que se avizora en el futuro cercano.

Paradójicamente, mientras más fascinados estamos con la IA, el ChatGPT, los smartphones, Whatsapp, las redes sociales y otros juguetes digitales, las capacidades de gestión más necesarias para el futuro son, precisamente, aquellas en las cuales ni la inteligencia artificial ni ninguna otra infotecnología nos podrá superar como humanos

Por supuesto que tendremos que aprender algo de programación y de IA. Los que saben hacerlo hoy tienen una ventaja competitiva y están bien remunerados, pero es de los oficios que más aprende la propia IA y por tanto más vulnerables ante esta. Mañana, eso sí, será una barrera de entrada. La inexorable convivencia entre inteligencias nos obliga a aprender unos mínimos de lógica de programación para interactuar con algoritmos, ordenadores y robots.

Los trabajos en peligros son los más especializados, repetitivos y que implican manejar datos. Precisamente lo que los ordenadores (computadores y smartphones) saben hacer mejor, sin protestar ni cobrar ni descansar; e infortunadamente, las que el sistema educativo moderno más ha ponderado. Pero como toda amenaza, la IA trae también oportunidades, en este caso para los que desarrollen las capacidades más propiamente humanas, como la creatividad, la solución de contingencias, el manejo de las emociones, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, entre otras, que difícilmente una inteligencia sin conciencia podrá adquirir.

Desarrollar estas capacidades es fundamental para comprender cada una de estas agendas, modularlas y balancearlas, no solo como reto de gestión, sino como el desafío vital más grande que tenemos individual, colectiva y socialmente como humanos. Es, sino la única, tal vez la mejor manera de retomar el timón del desarrollo tecnológico, que posiblemente no llegue a tener autonomía frente a los seres humanos (singularidad tecnológica que llaman), pero cada día subordina más nuestras voluntades. Hemos perdido el control sobre los controles que ahora nos controlan, pero siempre habrá posibilidades de retomar el rumbo, y más si se hace a tiempo.